12) WILSON

WILSON:

Estábamos reunido hablando de predicciones y cosas no tangibles que con mi manera incrédula de pensar siempre me parecieron ridículas y lo había tomado como simples historias contadas para entretener. Sin embargo, dije, me pasó algo que aunque es muy difícil de explicar lo pude vivir en carne propia y me dejó pensando en la posibilidad de algo existente que mi mente nunca alcanzó a admitirlo.

Cuente... me dijeron y me acomodé en mi silla para comenzar ese incomprensible relato:

Ustedes recordarán que recorrí parte del mundo en una vieja motocicleta.

Todo comenzó en Río de Janeiro, donde estaba pasando hambre por falta de dinero. Yo solía viajar a Brasil con muy poca cosa y el tiempo se me había hecho más largo de lo previsto. En uno de mis arranques eufóricos, decidí salir a recorrer el mundo en mi Indian Chief de 1947. Esto era en el año 1964 y comencé a pintar letras en los guardabarros de la Indian anunciando "Vuelta al mundo" en varios idiomas. Allí llegó mi amigo Manuel y al leer aquello y ver mi decisión tomada, me dijo si estaba loco de tratar de hacer un viaje sin dinero. Mi contestación a su pregunta fue que ahí, no tenía dinero y no iba a ser diferente si viajaba sin él a otras partes del mundo que quería conocer. Manuel, pensó un poco y me pidió si podía acompañarme en la aventura.

Traté de hacerle ver que no iba a ser nada fácil y que lo pensara muy bien... si él estaba seguro que aguantaría el sacrificio de viajar sin dinero, yo lo llevaría conmigo. Su respuesta fue afirmativa, con la condición que visitáramos a su amigo Wilson, que según él era un clarividente.

Lógicamente, mi pregunta fue porqué Wilson?

13) EL ÑATO

EL ÑATO

Ya había escrito y publicado nueve libros escritos en prosa y uno "Un Nuevo Martín Fierro" en versos, cuando un amigo también escritor me preguntó porqué no hacía algo con mis poesías que ya habían publicado en España y en Argentina. También le interesaba saber de donde había nacido esa vena poética que a él le agradaba tanto.

Bueno... creo que eso comenzó desde pequeño y que estaba ligada a mi gran amigo... el Ñato.

Y esta es la historia:

Doña Claudia Álvarez era una mujer madura, trabajadora, dulce y a sus años seguía estando soltera. Era extremadamente pobre y nunca tenía tiempo de socializar o reunirse con gente de su edad ni de asistir a fiestas, a no ser las que una vez por año hacían sus vecinos. Trabajaba lavando y planchando ropa para los que podían darse el lujo de pagar por sus servicios y había aprendido a vivir con lo justo como para pagar el alquiler de su modesta pieza y poder comer.   Por demás está decir que era querida y apreciada por el vecindario de aquél callejón ya que siempre estaba dispuesta a ayudar a cualquiera que se viera necesitado.

Una fría noche de invierno, fue despertada por el llanto de lo que parecía un bebé y aquel llanto se escuchaba a través de la desvencijada puerta de su modesto cuarto. Rápidamente la abrió, y se encontró con una canasta de mimbre en donde envuelto en una sucia manta se encontraba un hermoso bebé, al parecer recién nacido. Por alguna razón desconocida lo habían abandonado junto a su puerta. Sin pensarlo, tomó aquella canasta con sumo cuidado y entró con la decisión de ayudarlo a calmar su llanto. Mojando uno de sus dedos en leche, lo arrimaba a la boca del niño y él dejaba de llorar buscando más... Sin lugar a dudas, tenía hambre. Al amanecer, pidió a la niña de su vecina que se quedara al lado del bebé y ella fue a la farmacia tratando de adquirir por lo menos un biberón para alimentar a aquel desvalido recién nacido.

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